miércoles, 8 de febrero de 2023

La caída de los dogmas del liberalismo económico

Los dogmas del liberalismo económico van cayendo uno tras otro: primero el de que si una persona es pobre es culpa de ella porque no se ha esforzado, cuando bastante gente que trabaja mucho no sale de pobre. La familia en la que se nace es decisiva en la vida y en el futuro de las personas e influye mucho en su riqueza o pobreza cuando ya son adultas. La mayoría de los ricos lo son por herencia; no es lo mismo nacer en una mansión o palacio que en un pesebre. El segundo dogma, que también se ha demostrado que es falso, es el que dice que el mercado se autorregula. El Gobierno tuvo que intervenir el mismo para abaratar la energía. Y también debería intervenir el precio del alquiler y de los alimentos, que están por las nubes. 

   Y el tercer dogma, que dice que para que a los trabajadores les vaya bien los empresarios tienen que ganar muchísimo dinero, tampoco es cierto. Estamos viendo cómo grandes empresarios y los principales bancos del país tienen más beneficios que nunca y la clase trabajadora no vive mejor por ello, ya que no le suben los sueldos (es más, en el sector bancario hay muchos despidos). La riqueza generada por los trabajadores y trabajadoras se la están quedando unos pocos.