lunes, 1 de mayo de 2023

El cambio climático es evidente

Su existencia está demostrada hasta por la ciencia. Aunque haya políticos conservadores que lo nieguen. En las últimas décadas están ocurriendo alteraciones climáticas que son la respuesta de la naturaleza al daño que ha recibido.

   Lejos quedan las grandes nevadas y las fuertes heladas de hace veinte, treinta o cuarenta años (cuando era un chaval), exceptuando las de la borrasca Filomena en enero de 2021. Ahora los inviernos no son tan duros y fríos como los de antaño. Los veranos llegan antes, son tan excesivamente calurosos que resultan insoportables y además terminan más tarde. Y con tanto calor se agrava la sequía. Ello favorece que los incendios se produzcan tempranamente, antes del verano; incluso en marzo, como ocurrió en Castellón y Teruel, por las temperaturas anómalas que hubo. Además la sequía afecta a la agricultura y el precio de los alimentos sube aún más.

   Cada año aumenta la superficie árida en España por el aumento de la temperatura y la disminución de las lluvias. También es preciso decir que la escasez de precipitaciones no es la única causa de que los embalses estén bajo mínimos. Si las eléctricas no los hubieran vaciado para subir el precio de la luz, ahora la reserva hídrica sería mayor. Y el agua es fundamental en nuestra vida cotidiana: para la higiene diaria, para cocinar y lavar, etc. Mucha gente no valorará su importancia hasta el día que abra el grifo y vea que no cae ni gota. Sin ir más lejos, el pasado verano el nacimiento del Río Duero, en Urbión, estaba seco.  

Oso polar desnutrido por el cambio climático

   Por otra parte, el número de coches en circulación se ha incrementado notablemente desde finales del siglo pasado. El parque automovilístico español tiene una media de 15 años y hay coches que incluso tienen 20 (años). Los motores de combustión de entonces son bastante más contaminantes que los de ahora. Lo malo es que no todas las personas pueden permitirse comprar un coche nuevo y siguen rodando con el antiguo. Los veintisiete países de la Unión Europea acordaron en marzo la prohibición de los coches de combustión a partir de 2035. Los fabricantes de estos presionaron a los gobiernos para retrasarla. El coche eléctrico con batería es una buena alternativa a ellos, aunque de momento no está al alcance de todo el mundo. El transporte público es más asequible; la bicicleta la opción más barata y saludable. Todo lo que sea reducir el tráfico supone una mejora en la calidad del aire. Con el confinamiento por la pandemia, la contaminación atmosférica se redujo al mínimo (sobre todo en grandes ciudades como Madrid, en la que desapareció la famosa “boina negra” y pudo verse el azul del cielo). Y cuando estuvimos encerrados en casa, además de reducirse el tráfico, también descendió la actividad económica por el funcionamiento a medio gas -o cierre temporal- de fábricas, lo cual benefició al medioambiente. Fueron algo más de tres meses los que estuvimos confinados en casa, un tiempo suficiente para mostrar con claridad los defectos del sistema capitalista.

   Por otra parte, es muy importante reparar todo lo que se pueda (y compense), reutilizar y reciclar para que los vertederos no se llenen tan rápidamente. El metano y otros gases de efecto invernadero (como el dióxido de carbono) emitidos por los vertederos causan el deshielo de los polos, por lo que los osos blancos o polares acaban muriendo de hambre. Hay ciudades que aprovechan el metano producido por sus vertederos convirtiéndolo en electricidad para el metro y para alumbrar las calles. Además hay que apostar al máximo por las energías renovables (solar, eólica y undimotriz, esta última producida por la fuerza de las olas del mar).

   Termino con una reflexión del gran naturalista y divulgador medioambiental Félix Rodríguez de la Fuente, quien dijo que “debemos cuidar y amar a la naturaleza como respetamos a nuestra madre”. Y pienso que tiene toda la razón, ya que nos va la salud y la vida en ello. Y no solo la nuestra, también la de las siguientes generaciones, a las que debemos dejar un mundo mejor.