jueves, 10 de agosto de 2023

Las casas de apuestas, un peligro para los jóvenes

No salimos de una crisis económica cuando ya estamos en otra y ello propicia el que desde la pasada década estén proliferando los salones de juego y las apuestas en línea (en Internet). Hay personas que consideran, con mucha razón, que las casas de apuestas son la heroína del siglo veintiuno; aunque los dueños de las mismas no lo ven así porque se lucran con ellas, sin importarles el sufrimiento de la gente. Estos disfrazan de ocio lo que en realidad es un negocio que está arruinando económica y psicológicamente a muchas familias. Si en los años 80 bastantes jóvenes acababan enganchados a la heroína, ahora una parte importante de la juventud es ludópata. La adicción al juego es tan peligrosa como la de la heroína, la cocaína o el alcohol, ya que sus consecuencias familiares, sociales y económicas son similares. De hecho hay ludópatas que quitan dinero a la familia o roban a otras personas. Entran en un círculo vicioso del que es casi imposible salir sin ayuda sicológica y pueden acabar en la cárcel o suicidándose. El juego es, junto a las drogas y la prostitución, la ruina de los seres humanos. Además la actitud de los gobiernos suele ser tibia por la elevada recaudación tributaria que obtienen del mismo. 


   Por otra parte, los locales de apuestas tienden a concentrarse en barrios obreros; sobre todo en las grandes ciudades, como por ejemplo Madrid. Y no es casualidad: los dueños de estos saben muy bien que en zonas humildes hay más gente que sueña con una vida mejor y es en ellas donde más puede calar la idea de que apostando puede lograrse. Pero es una trampa, que nadie piense que va a llegar mejor a fin de mes o que va a arreglar su futuro de esa manera. En lugar de solucionar la vida, lo más probable es que esta se complique. Los que sin duda van a vivir mejor son los propietarios de estos antros, que sin escrúpulos se aprovechan de la pobreza y la vulnerabilidad de las personas de los barrios obreros. Además es lamentable y muy criticable que haya locales de apuestas cerca de centros educativos (de institutos, sobre todo), usando como gancho las apuestas deportivas y bebida más barata que en otros establecimientos. Bastante gente joven es carne de cañón porque se ve sin futuro. Por ello, es necesario fomentar la cultura y el deporte entre la juventud con la apertura de más bibliotecas y centros deportivos. En definitiva, hay que iniciar a los jóvenes en un ocio saludable a edades tempranas y estimularles a que se planteen retos o se fijen metas. De lo contrario la epidemia del juego seguirá acarreando graves problemas de salud pública.