Parte del sueldo de los futbolistas lo
pagamos todos. Aunque a muchos no nos guste el fútbol y no vayamos a los
estadios. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) casi la mitad
de los ciudadanos españoles no lo seguimos. El fútbol profesional es un gran negocio
privado que cuenta con el apoyo del Gobierno. Éste lo considera de interés
general y las distintas administraciones le regalan dinero público. El sector
futbolístico español está arruinado. Los equipos de primera y segunda
división tienen una deuda con Hacienda de casi 600 millones de euros. Pero no
sólo el Gobierno es responsable de que la deuda haya crecido tanto. También los
clubes de fútbol han estado años gastando más de lo que ingresaban con la aquiescencia
de los bancos y cajas de ahorro, que les adelantaban dinero a cuenta de futuros
ingresos televisivos. Ahí empezó la quiebra, en el momento que las televisiones
mostraron interés por emitir los partidos, pagando derechos por anticipado.
Dicho interés vino por la elevada audiencia que tienen los partidos de fútbol.
Por otra parte no es extraño que los clubes de fútbol (sobre todo de la categoría más alta) estén tan endeudados, ya que han gastado mucho en
fichajes millonarios. Eso unido a las elevadas retribuciones de los directivos
de los equipos les ha llevado a la quiebra. Cuanto más alto llegan los clubes más
ganan los jugadores y los presidentes de los mismos (que encima suelen ser poderosos
empresarios o tienen negocios que marchan viento en popa) y más pagan los aficionados por
entrar a los estadios. Pero lo más grave, como decía más arriba, es que al
fútbol se le mantenga con dinero público. Aún recuerdo cuando España ganó el
Mundial, en el año 2010, y el Estado dio a cada jugador 600.000 euros. Ya
entonces muchas familias las pasaban canutas porque no llegaban a fin de
mes. Pero aun así el Gobierno premió a los jugadores con un dinero que declararon
en Sudáfrica, donde tributaron un 23 %. En el Estado español
habrían declarado un 43 %. Aunque todavía fue más llamativo el hecho de que los
futbolistas de la selección no pagaran a Hacienda ni un euro de las primas
obtenidas por haber ganado la Eurocopa en el año 2008. Decían “amar” España y
lucían los colores de la bandera española pero se llevaron el dinero a paraísos
fiscales. Es patriotismo de escaparate, nada más. Por otra parte, tras ganar el
Mundial la selección, millones de aficionados salieron a la calle a celebrarlo,
tocando incluso el claxon de sus coches, como si ellos hubieran ganado algo y
como si tal circunstancia fuera a contribuir a la recuperación económica del país. Me hubiera
gustado ver protestas tan unitarias y masificadas cuando los Gobiernos nos han
quitado los derechos o cuando las empresas han echado a tanta gente a la calle.
Pero se ve que en este país moviliza más el fútbol, que despierta pasiones y
anula razones.
Finalmente, el Gobierno dice que no hay dinero, lo cual es mentira
porque el dinero no se evapora ni desaparece; está en algún sitio. Pero lo
tiene para lo que le interesa. Es lamentable que éste dé dinero a los clubes de
fútbol y a los bancos mientras reduce la inversión en Educación y deja desamparadas a millones de personas. Prefiere destinarlo a mantener un espectáculo con
el cual tener a bastante gente entretenida, para que ésta no piense ni en el
paro ni en la corrupción. Y de paso lleva el cabreo a los campos de fútbol,
donde fanáticos aficionados profieren insultos al árbitro, a los jugadores o a
los hinchas del equipo contrario. En definitiva, prefiere que la gente se desahogue dando voces en un campo de fútbol a que la misma vaya a manifestarse a la
calle, a la Moncloa o al Congreso. Y desde luego hay muchas razones para salir
a protestar.
Publicado en Heraldo de Soria el miércoles 2 de abril de 2014
ES CIERTO ES VERGONZOSO QUE EN PLENA CRISIS ECONOMICA ZAPATERO Y EL PSOE EN 2008 Y 2010 NO VIGILARAN A LOS CLUBS DE FUTBOL Y A LA SELECCION ESPAÑOLA POR FRAUDE FISCAL Y BLANQUEO DE CAPITALES.
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