martes, 15 de abril de 2014

Los toros, de capa caída

En unas estadísticas elaboradas por el Ministerio de Cultura en noviembre de 2012 puede observarse el creciente desinterés social por las corridas de toros en España. Ya a finales de los años setenta del siglo pasado casi la mitad de los ciudadanos no las seguían. Actualmente la mayoría, cerca de tres cuartas partes de la población, se muestra contraria a ellas. A la gente más joven es a la que menos le gustan. Solamente hay que ver la escasa asistencia de juventud a las plazas de toros con el fin de contemplar tan cruento espectáculo. Por ello, con el tiempo la tauromaquia está abocada a desaparecer. Y es comprensible. En este tema la sociedad ha evolucionado y es lógico que prevalezcan criterios racionales frente al salvajismo de las corridas de toros. Y la desaparición de las mismas es uno de los pasos necesarios para que la violencia se erradique completamente de la sociedad. Además ninguna tradición, por arraigada que esté, justifica la continuidad del maltrato a un animal.

   El Gobierno conservador, tan apegado a las tradiciones, declaró Bien de Interés Cultural las corridas de toros, aunque no en todas las comunidades autónomas (en Cataluña, por ejemplo, se abolieron gracias a una Iniciativa Legislativa Popular que prosperó en el parlamento catalán y en Canarias están prohibidas desde 1991). El Gobierno del PP también levantó el veto a la emisión de corridas de toros en la televisión estatal en el año 2012, tras seis años sin televisarse. Ambas acciones gubernamentales revelan que la tauromaquia está de capa caída. Y por eso la misma tiene necesidad de promocionarse. Prueba de ello es que hasta no hace muchos años la emisión de corridas de toros costaba gran cantidad de dinero público. Pero actualmente TVE solamente afronta el coste del despliegue técnico necesario para la retransmisión; y los ganaderos y los diestros ceden gratuitamente los derechos de difusión. Aunque la tauromaquia sigue recibiendo subvenciones de las distintas administraciones del Estado. Sin ellas no subsistiría.


   Por otra parte, el Gobierno trata de resucitar las corridas de toros para entretener al pueblo. Pero de nada sirve que le dé más circo si cada día le quita más pan. La emisión de corridas de toros -y de partidos de fútbol- es un arma usada por los gobiernos para intentar que la gente desvíe el pensamiento de los graves problemas sociales y de la corrupción que les afecta. Su pretensión es someter a los ciudadanos todavía más. Y otro aspecto muy importante y grave es que las corridas de toros televisadas en horario infantil pueden provocar agresividad, estrés y ansiedad en los niños, tal y como acreditan numerosos estudios. Pero el Gobierno, haciendo gala de una gran carencia de sensibilidad, desoye las opiniones de personas duchas en psicología y TVE sigue retransmitiéndolas por considerarlas un espectáculo cultural. Pero la tortura y la agonía de un animal difícilmente pueden considerarse arte y cultura. Ojalá que en el futuro España sea mucho más conocida en el extranjero por su exuberante patrimonio artístico y la belleza de sus paisajes que por las corridas de toros y la corrupción.

Publicado en Heraldo de Soria el martes 22 de abril de 2014

1 comentario:

  1. ES CIERTO LOS TOROS ,ENCIERROS ,SAN FERMINES ,FALLAS,TOMATINA ETC SON SALVAJADAS Y ESTUPIDECES PARA DERROCHAR DINERO Y EXCUSA PARA LA BORRACHERA .SON FIESTAS ABSURDAS TAN ABSURDAS COMO LA CANDIDATURA DE ELENA VALENCIANO POR EL PSOE PARA EUROPA .UNA EXMINISTRA DE ZP QUE MINTIO Y NOS LLEVO A LA RUINA ... DE RISA ESTE PAIS

    ResponderEliminar