martes, 27 de septiembre de 2011

Presente y futuro de la energía nuclear

Debido al avance tecnológico los países desarrollados cada vez consumen más energía y por eso la energía nuclear es imprescindible de momento. Dicha energía ofrece un gran rendimiento en comparación con el carbón, el gas y el petróleo, y no nos hace tan dependientes de los países que poseen estos dos últimos.
  
   Las centrales térmicas convencionales, basadas en la combustión de fósiles como el carbón, el gas natural y el fuel-oil, son más contaminantes que las centrales nucleares porque expulsan a la atmósfera dióxido de carbono, el principal causante del calentamiento global. Los residuos radiactivos tienen la ventaja de que se localizan puntualmente y no se esparcen a la atmósfera como los de las centrales térmicas convencionales. Para los residuos procedentes de las centrales nucleares, que duran miles de años, hay indicios de una tecnología de eliminación por transmutación. Se trata de un proceso de fisión mantenido con el bombardeo de trillones de protones por segundo hasta lograr la reacción nuclear continua que quemaría la parte más activa de los residuos. Actualmente, los residuos nucleares son almacenados en cápsulas y éstas son introducidas en tubos metálicos, rodeados de unas paredes de hormigón armado para tratar de impedir al máximo que la radiactividad salga fuera. Dentro de 30 años será posible la fusión nuclear y tendremos una energía totalmente limpia y segura.

  
   Aparte, en España hay un gran desconocimiento de la energía nuclear en general y de ahí viene el rechazo por una parte importante de la población. Nuestro país ha venido importando electricidad a Francia hasta hace dos años, ahora insólitamente España se la exporta pero aún le paga bastante por guardar una parte de los residuos nucleares. Además es absurdo aducir motivos de seguridad para cerrar las centrales nucleares en España pues los franceses tienen más de 50 y de ocurrir un accidente (que es improbable, ya que las centrales nucleares cuentan con muy buenas medidas de seguridad en general) nos repercutiría casi tanto como si las tuviéramos aquí.
   
   Si queremos depender menos energéticamente del gas argelino y del petróleo ruso, mexicano, venezolano y pérsico (Irán, Iraq, Arabia Saudí) hace falta un cambio de mentalidad en nuestro país y especialmente de los gobernantes, que gravan con enormes impuestos el combustible y por eso se resisten a prescindir del crudo. Finalmente, decir que en España además se derrocha mucha electricidad y toda la sociedad debería concienciarse de la importancia que tiene gastar menos luz. Que empiecen dando ejemplo los ayuntamientos, que en fiestas -y sobre todo en Navidad-, llenan calles (e incluso árboles) de muchas bombillas de colores. 

Publicado en Heraldo de Soria el miércoles 26 de octubre de 2011

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